martes, 25 de marzo de 2014

¡Si a mí lo que me duele es el cuello! ¿Por qué me tocas el hígado?

Esta es una pregunta que me plantean a menudo mis pacientes cuando acuden a mi consulta con una queja de dolor (en este caso cervical) y me centro en su abdomen. Solemos creer que el dolor indica un problema local, en la zona dolorosa. Sin embargo el organismo es muy complejo y, en ocasiones, el dolor en una zona es indicativo de un problema más alejado.

Intentaré dar una explicación (espero que simple) de por qué una tensión en la zona hepática puede provocar dolor cervical, aunque también está relacionado con dolores en otras zonas, que explicaré en otras entradas.


Vamos a empezar por un poco de anatomía simple

Imagina a tu hígado envuelto en una bolsa (cápsula de Glisson). Esta bolsa con su contenido se sitúa debajo del diafragma, al que está unida mediante ligamentos y éste, a su vez, está “pegado” a las bolsas en las que se encuentran los pulmones (pleura) y el corazón (pericardio). Tanto la pleura como el pericardio poseen ligamentos que los anclan a las vértebras cervicales. De esta forma se crea una cadena de tejidos que enlaza el hígado con la columna cervical.

El hígado, como todas las vísceras del cuerpo, tiene una capacidad de movimiento. Esto es, cuando tú te mueves el hígado tiene que ser capaz de moverse con respecto a las estructuras vecinas para permitirte la movilidad y para que él mismo se adapte a las posturas que vas adoptando. Esta capacidad de deslizamiento es vital para un óptimo funcionamiento del órgano.

Mecanismos de dolor

-Causa mecánica: cualquier tensión o limitación de movilidad a nivel del hígado se transmitirá, a través de los ligamentos que lo sustentan,  al diafragma y, a través de este y de sus relaciones con pleura y pericardio, a la columna cervical. Esto ejercerá una tracción sobre las cervicales que supondrá una sobrecarga y desencadenará dolor.

-Causa nerviosa: la tensión provocada por el problema hepático irritará al diafragma, cuya función está controlada por el nervio frénico. Este nervio nace en la columna cervical y va a enviar ramas a determinados músculos del cuello, pleura y pericardio. La falta de movilidad hepática creará tensión del diafragma, que ejercerá tracción sobre este nervio irritándolo, por lo que se volverá “hiperactivo” y provocará contracturas a nivel de la musculatura cervical sobre la que tiene acción. Y, ¿quién no conoce lo dolorosas que pueden llegar a ser las contracturas?

-Causa química: un hígado congestionado, enlentecido, frenado, no podrá cumplir correctamente su función de eliminador de las toxinas que ingerimos con los alimentos, los medicamentos, residuos del metabolismo celular, hormonal etc. Estas toxinas permanecerán entonces en el interior del organismo, depositándose en los tejidos y provocando su inflamación. Y, como bien es sabido, inflamación igual a dolor.

¿Qué hacemos los osteópatas?

Cuando, tras una exploración global del cuerpo, llegamos a la conclusión de que debemos actuar sobre el hígado, las técnicas empleadas irán enfocadas, como todas las técnicas de Osteopatía, a restablecer su normal movilidad.

Nuestra meta será la de relajar los medios de sostén del órgano con el objetivo de restablecer su normal libertad de movimiento y, por lo tanto, su capacidad para ejercer su función de desintoxicante del organismo. Esta relajación de los ligamentos reducirá la tracción ejercida sobre las estructuras vecinas y, a través de ellas, sobre las cervicales. Asimismo, se revisarán las zonas de la columna de las que parten los nervios encargados de enviarle las señales que controlan su función. Liberando la movilidad de esas zonas, se mejorará la conducción nerviosa y, por lo tanto, la función hepática se podrá realizar de forma más adecuada.

Curiosidades acerca del hígado

-Es el segundo órgano más pesado, después de la piel, con 2,3 a 2,5 kg cuando está lleno de sangre.
-Puede contener 500-900gr de sangre en su interior.
-Su temperatura interna es más elevada que la del resto del organismo. Esta temperatura se usa en criminología para determinar la hora aproximada de la muerte de la persona.
-Es el único órgano que se puede regenerar a partir de una porción.
-Sin Selenio, el hígado no podría funcionar.
-Sin él no podríamos vivir, ya que es el encargado de limpiar nuestro organismo.
-Cumple más de 500 funciones vitales.

Esperando ser de ayuda,
aldaoregueira

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